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miércoles, 22 de junio de 2011

Una exposición organizada por el Museo de Historia y el Archivo Municipal de Cambrils evoca la tempestad que en 1911 costó la vida de 140 pescadores

La exposición, coproducida por el Museo de Historia de Cambrils y el archivo municipal de esta población, pretende dar a conocer qué pasó entre el 31 de enero y el 1 de febrero de 1911 y las consecuencias del temporal.
El director del Museo de Historia de Cambrils y comisario, Gerard Martí, ha justificado el "silencio" que cubrió estos hechos trágicos: "las víctimas eran pescadores y pobres y por eso fueron olvidadas y, de hecho, no existe un registro exacto de víctimas porque no se centralizó la información".
Además de la consulta de archivos y museos locales, los comisarios de la muestra han recogido durante años testimonios orales: "hay biznietos que cuentan el relato de lo que pasó aquel día como si hubiera sucedido ayer".
Las consecuencia humanas fueron terribles, recuerda Martí, pues "más allá de las muertes de los pescadores, quedaron unas viudas sin posibilidad de sustento, suicidios por haber perdido a un ser querido, gente que emigró a América para olvidar aquella costa mortal u otros que murieron con 90 años esperando todavía que apareciera por detrás de la puerta su hijo desaparecido".
Un caso aún fue más trágico, relata el comisario, pues "consiguió salvarse de un naufragio y fue recogido por una segunda embarcación, pero finalmente murió en un segundo naufragio, algo que se ha sabido por el testimonio de supervivientes del segundo barco".
En su investigación, el equipo de la exposición ha podido recopilar las víctimas de algunas de las poblaciones afectadas por un temporal, en el que se llegaron a registrar olas de diez metros en el puerto de Barcelona.
Barcelona, y en concreto el barrio pesquero de la Barceloneta, fue el más golpeado por el temporal con 28 muertos, seguido por Peñíscola (27), Sagunto (22, en su mayoría marineros vascos e italianos de dos buques mercantes), y Cambrils (15 víctimas mortales en una población que tenía entonces 3.000 habitantes).
La causa de la gravedad de la tempestad, ha señalado Martí, es que "esta gota fría, que habitualmente produce aguaceros en el levante, se produjo en pleno invierno, y a las grandes olas se sumó un fuerte viento, lluvia, nieve y frío.
Precisamente, muchos de los marineros que consiguieron llegar a tierra, murieron por hipotermia.
La exposición constata que "fue también una de las primeras catástrofes naturales recogida por los fotoperiodistas pioneros, entre ellos Josep Brangulí (1879-1945).
La tragedia despertó una gran solidaridad ciudadana, que consiguió recaudar para víctimas y viudas 20.000 pesetas de entonces en Vilassar, 150.000 en Barcelona, entre ellas las del alcalde de Barcelona, Salvador de Samà, marqués de Marianao, y 65.000 en el resto de España.
El rey Alfonso XIII hizo un donativo de 2.500 pesetas para las víctimas catalanas y otro para las de Castellón.
En el recorrido expositivo, se pueden contemplar una veintena de elementos originales de embarcaciones de la época, diarios de la época y la recreación de una botella con un mensaje de despedida escrito por una de las víctimas que fue encontrada en la Barceloneta.
Además, el equipo de la exposición ha localizado una proyección del puerto de Barcelona de 1911 en el archivo de la Filmoteca Española, tres minutos y medio que muestran las consecuencias de la tempestad dos días después.
La exposición, que se exhibirá en Barcelona hasta el 28 de agosto, se podrá ver posteriormente en Vilassar de Mar, L'Ametlla de Mar, Sant Feliu de Guíxols y Caldes d'Estrac. 
Fuente: ABC.es y EFE.

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